Publicado: CIPER CHILE
Los habitantes de Villa Olímpica y Villa Portales no han podido cerrar el trauma del terremoto. El sismo dejó problemas que los acosan diariamente. Propietarios de departamentos en blocks declarados inhabitables, en los que aún no se han hecho trabajos y que figuran como receptores de subsidios que ya se ejecutaron. A otros les asignaron el subsidio sin que hubiesen postulado y el dinero no se ocupó para reparar los edificios donde residen. Y están los que no pueden usar el beneficio para reparar el interior de sus viviendas, muy deterioradas, ya que sólo sirven para restaurar bienes comunes.
A sus 79 años, Marina Gutiérrez Varas cuenta que “se mantiene vital haciendo gimnasia tres veces a la semana”. Una condición física excepcional para su edad y que le ha servido para enfrentar los problemas que dejó el terremoto en su departamento: “Me tenía que levantar a las cinco de la mañana a trapear el agua cuando llovía”. Lo increíble es que el agua comenzó a filtrarse después de que se hicieran los trabajos de reparación en la techumbre de su edificio, una obra que se financió con los subsidios de reconstrucción que entrega el gobierno.
Marina Gutiérrez vive en la Villa Olímpica, el emblemático conjunto habitacional ñuñoíno que nació para el Mundial de 1962 como una de las primeras soluciones habitacionales masivas aplicadas en Chile. En la villa hay 82 blocks. Siete de ellos fueron declarados inhabitables y están a la espera de un plan de reparación estructural. En el resto, los trabajos de mejoramiento se han ejecutado o se ejecutarán con subsidios de reconstrucción. En una primera ola de obras se repararon los techos de varios blocks y los trabajos debiesen proseguir con la restauración de otros espacios comunes, como escalas y pasillos.
En casi todos los blocks a los que se les cambió la techumbre se escuchan quejas de los residentes por defectos en las bajadas de agua y en los shafts (ductos sanitarios y de ventilación) que provocan el ingreso de agua de lluvia a los departamentos del primer piso. Es exactamente el problema que padece Marina Gutiérrez, en el block 74. A ella el agua se le filtra por las paredes del baño y de un clóset, mojando todo su piso alfombrado.
-Por eso me fui a vivir medio año donde una sobrina, en Maipú, mientras me arreglaban mi departamento con plata que juntó mi familia. Una teletón, como le digo yo. Mi departamento quedó súper lindo, pero no sé qué va a pasar cuando se ponga a llover fuerte -cuenta.
Los que viven en los pisos superiores también se quejan. Dicen que los arreglos no incluyeron material aislante, por lo que quedaron expuestos a un calor insoportable en verano.
-No se puede estar en las horas de más calor, por tal motivo es que en el día había que salir de la casa. Antes, había un sistema que dejaba una capa de aire en el entretecho que operaba como aislante -relata Jaime Díaz Lavanchy, residente del cuarto piso del block 52 y presidente de la Asamblea de Vecinos para la Reconstrucción de Villa Olímpica.
Díaz explica que, además de los trabajos defectuosos, su organización se opone a la manera “arbitraria y sin consultar con los vecinos” en que se han entregado los subsidios destinados a la reparación: “Hay mucha gente que nunca firmó los papeles del subsidio y resulta que ahora esas personas figuran entre los que lo recibieron para arreglar los techos”.
Más grave aún, estima Díaz, es el destino que se ha dado a los subsidios que recibieron algunos residentes de los edificios calificados como inhabitables. Según señala, a estas personas se les otorgó el beneficio, pero el dinero se ocupó en la reparación del techo de otro edificio. Las reparaciones, explica el dirigente, se han financiado con subsidios de mejoramiento de vivienda correspondientes al Programa de Protección del Patrimonio Familiar (PPPF), cuyo fin precisamente es evitar la desvalorización de la casa y la pérdida de patrimonio de familias vulnerables:
-En estos casos el subsidio está mal utilizado, ya que de ninguna manera benefició el patrimonio familiar de quien lo recibió. No se cumplió con el considerando Nº 3 del Programa de Protección del Patrimonio Familiar, porque los trabajos no condujeron a “mejorar las viviendas” de los que recibieron el subsidio ni a “aumentar su valor una vez rehabilitadas”. Aquí la plata se usó para mejorar y aumentar el valor de las viviendas de otras personas.
De acuerdo con la información divulgada por el portal de la Municipalidad de Ñuñoa, el 4 de mayo de 2010 el Ministerio de la Vivienda (Minvu) se comprometió a aportar $800 millones para la reparación de techumbre de los blocks de Villa Olímpica. Los trabajos se los adjudicaron tres empresas, como quedó registrado en la licitación 5482-21-LE10. Para financiar las obras se asignaron 559 subsidios a propietarios de la villa, según consta en la resolución 3785 del Minvu, para el mejoramiento de bienes comunes edificados.
En el departamento 22 del block 68 reside Carlos Solís Graber, quien además oficia como delegado del edificio. Solís figura en la nómina de los beneficiados con el subsidio, aunque dice que él no postuló y que tampoco ha gozado de sus frutos, porque se aplicó en otro block:
-Le dije a todo el mundo que no firmara. Y nadie ha firmado. Porque yo sabía que la plata iba a ser para arreglar los edificios del lado. Si busca los documentos, es imposible que haya una firma mía. Es cierto que hay gente que va a alegar por todo y que quiere que le arreglen hasta la ventana del baño, pero yo no aspiro a eso. Sí aspiro a que se arreglen las cosas bien y que nuestra plata vaya a nuestro edificio.
Las autoridades no consideraron que la Villa Olímpica está dividida en 20 copropiedades, cada una de las cuales agrupa desde uno a 13 blocks. Por lo mismo, se da el caso de que una persona que vive en un condominio recibió un subsidio que se asignó a trabajos en otra copropiedad. CIPER confirmó al menos tres casos de residentes del block 67, ubicado en la copropiedad 11, cuyo subsidio aparece asignado al cambio de techo de la copropiedad 5 (ver plano de la villa). Con el agravante de que el block 67 está declarado inhabitable y en él no se ha hecho ni una reparación.
Las nóminas entregadas por los delegados de los blocks indican, además, que hay otras cinco personas del edificio 68, correspondiente a la copropiedad 12 y también calificado como inhabitable, cuyo subsidio aparece asignado al condominio 7. Según estas listas, en la Villa Olímpica hay a lo menos 84 propietarios de departamentos en edificios declarados inhabitables y que figuran como receptores de subsidios que se ocuparon para mejorar otros blocks (ver nómina). De este grupo, 26 pertenecen al block 56, según confirmó su delegado, Domingo García.
“Error metodológico”
Pablo Ivelic, coordinador del Programa de Reconstrucción de Vivienda del Minvu, admite que en la Villa Olímpica se pudo haber cometido un error:
-Puede que en Villa Olímpica haya un error metodológico, en el sentido de que se consideró toda la villa como un conjunto y no las copropiedades en particular, por eso habría subsidios cruzados. Al considerarla un solo conjunto, la idea siempre fue que los subsidios se aplicaran en bienes comunes. Pero las familias de los edificios declarados inhabitables los van a ver reparados. Estamos a la espera del plan final para reparar estructuralmente la villa y están reservados los recursos.
Ivelic informó a CIPER que más de 20 conjuntos habitacionales se encuentran en una situación similar a la de Villa Olímpica, en el sentido de que se ha reservado financiamiento especial para devolver estabilidad y resistencia sísmica a las estructuras. Uno de ellos es la Villa Portales, de Estación Central, otro proyecto que en su minuto fue modelo de densificación habitacional, dispuesto junto al pulmón verde de la Quinta Normal y aledaño al campus de la entonces Universidad Técnica del Estado, hoy Universidad de Santiago.
De los 19 blocks de Villa Portales, cinco están catalogados como “críticos” por la gravedad de los daños que sufrieron con el terremoto. El asesor del Serviu que atiende a los residentes de Estación Central, Felipe Miranda, dice que en junio se entregaron 47 subsidios para devolver las condiciones de habitabilidad de las viviendas y en enero otros 389 para reparar bienes comunes. Aún no se hacen trabajos en los cinco blocks críticos, a la espera de un informe estructural encargado a la empresa “Sirve”, que se entregaría el 31 de marzo y a partir del cual se concretarán los proyectos de subsidio para la reparación de estos edificios
Miguel Carvajal Urzúa recibió el subsidio PPPF en enero. Vive en el departamento 206 del block 10 de Villa Portales. Su esposa, Jimena Alfaro, asegura que postularon confiados en que podrían reparar el interior de su vivienda, porque cuando presentaron sus papeles les informaron que podrían destinar a ese objetivo el 30% del monto que se les asignaría. Pero fueron mal informados:
-Acá hay que tener en cuenta que existen dos tipos de subsidio PPPF, uno es el del terremoto y el otro es el regular. En el regular, la persona efectivamente puede usar un 30% para arreglar su casa, pero el del terremoto funciona de otra forma y todo el dinero se destina a espacios comunes –explica Pamela Ayllón, funcionaria del municipio encargada de atender en terreno a los residentes de Villa Portales.
Una situación similar es la que vive Emilia Artigas Pacheco, domiciliada en el departamento 608 del block 7. Su hijo, Óscar Olguín, asegura que postularon convencidos de que parte del monto serviría para arreglar el interior de la vivienda.
Ivelic explica por qué bajo el plan de reconstrucción estos subsidios no reservan ese 30% para arreglos al interior de la vivienda:
-El plan de reconstrucción ha privilegiado la reparación de elementos estructurales que normalmente no corresponden al interior de la vivienda, salvo en el caso de algunos muros. La idea de privilegiar la reparación exclusiva de los espacios comunes es devolver la resistencia sísmica y seguridad del edificio, restaurando los elementos estructurales.
Pamela Ayllón indica que las familias pueden optar a un nuevo subsidio si quieren reparar interiores, pero eso requiere un ahorro previo de 3 UF y puede tomar años.
Para muchas familias el ahorro es un requisito excluyente. Es el caso del matrimonio Carvajal Alfaro, del block 10 de Villa Portales: ambos sufren enfermedades crónicas (ella tiene una afección a la tiroides y él es diabético e hipertenso) y viven con $250 mil. También el de Ernestina Trujillo San Martín, residente del block 7. Vive sola, no trabaja, no recibe pensión, sufre de problemas a la columna y subsiste gracias a la ayuda esporádica de un hijo. Los casi $65 mil de ahorro previo que le exigen para postular a un nuevo subsidio son, para Ernestina Trujillo, una pequeña fortuna. Una cifra inalcanzable.
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