La señora Guillermina Mercado de 85 años, fue atendida de urgencia por el SAMU el jueves 29 de abril. Probablemente habría muerto de no ser por su sobrina que la fue a visitar y la encontró inconsciente. Guillermina se había intoxicado por el monóxido de carbono emanado de su calefont. Según los vecinos, el accidente se produjo a causa de las reparaciones en los techos de la Villa. Durante las obra se habrían roto los ductos de ventilación de los shaft. Lo más grave es que la municipalidad de Ñuñoa tiene conocimiento de esta situación desde el 20 de marzo y no ha hecho nada. Ante la pronta reparación de los techos en Villa Olímpica, habrá que estar alerta. La obstrucción de los shaft y la no colocación ventilaciones, son dos irregularidades detectadas en Villa Canadá. Pero no son las únicas.
Guillermo Marín Reyes, administrador del Block 1 de Villa Canadá, es Egresado de Ingeniería en Obras Sanitarias de la UTEM y contratista. Gracias a sus conocimientos detectó rápidamente que las reparaciones de los techos de la Villa se estaban haciendo mal. “Dos días después del terremoto empezaron a derrumbar las techumbres sin pedirle permiso a nadie, echaron escombros por los shaft y los ductos de ventilación, y los rompieron. A consecuencia de eso, rompieron también las matrices”, señala y agrega: “yo le avisé reiteradamente a la Señora Verónica Barragán -ingeniera de la dirección de Obras del Municipio- pero los ingenieros municipales me ignoraron. Incluso se burlaron de mí y nunca hicieron nada”.
La humillación de un dirigente
Como a Guillermo no le hacían caso, desde el día 20 de marzo informó de esta situación al señor Alcalde, a través de varias cartas ingresadas por oficina de partes. En ellas pedía que se repararan los shaft dañados y se tomaran medidas para que no se siguieran destruyendo. Pero el Alcalde Sabat, en lugar de tomar en cuenta las advertencias, amenazó a Guillermo Marín con no reparar la techumbre de su edificio si no retiraba los reclamos. Esto ocurrió en la misma Villa Canadá, en una reunión donde estaban presentes todos los demás delegados de Block. “El alcalde me dijo, delante de todos, que, en castigo, no me iba a reparar la techumbre mientras no me desdijera de lo denunciado en mis cartas. Y debido a eso, nuestro edificio fue el último en ser reparado” señala Guillermo.
Impotente ante tantas humillaciones y amenazas, Guillermo guardó silencio. Pero el jueves 29 de abril, día en que su vecina Guillermina Mercado amaneció intoxicada por la emanación de gases de su calefont, decidió actuar nuevamente y llamó de inmediato a la SEC, Superintendencia de Energía y Combustibles, para que vinieran a inspeccionar. Ese mismo día se presentaron en el domicilio de Guillermina, inspectores de la SEC, funcionarios municipales, y personal de Gasco, y comprobaron que efectivamente el calefont del domicilio de Guillermina estaba emanando grandes cantidades de monóxido de carbono. Con el veredicto de Gasco y de la SEC a su favor, Guillermo señala ahora: “aquí están las consecuencias a la vista. Parece que están esperando que fallezca una persona para actuar”.
Margarita Carillo: “a nosotros nunca nos informaron”
Margarita Carillo, sobrina de Guillermina, comenzó a quedarse a dormir en casa de su tía para cuidarla después del terremoto. Pero tuvo que volver a su hogar por unos días para recuperarse. Su permanencia en el departamento de Guillermina le provocó nauseas, vómitos y mareos, síntomas que no asoció con el calefont, hasta el jueves 29 de abril, día en que regresó a la casa de su tía y la encontró desmayada.
Cuando Margarita comprendió lo que estaba pasando, pidió explicaciones a funcionarios municipales, y éstos le contestaron que todos los administradores de Block habían recibido una carta donde se les advertía que no podían usar el calefont porque los ductos de ventilación estaban tapados. Pero Marcela Ibacache, encargada del block 3, donde reside Guillermina, niega haber recibido esa carta. “Esa carta llegó recién ahora, después de que la vecina casi muere” explica la encargada.
Guillermo Marín y otros vecinos, también niegan haber recibido la advertencia. Según Guillermo, la carta que informa sobre el peligro de usar los calefont, fue entregada el viernes 30, es decir, 24 horas después del accidente de Guillermina.
Margarita Carillo señala además, que una información tan grave “tenía que haber sido entregada persona a persona, puerta por puerta y no por delegado. Debieron entregarnos una carta que dijera: ¡Señora, usted no puede usar su calefont porque eso es peligro de muerte! ¡Eso es informar, y no lo hicieron!”. Con rabia y desconsuelo, Margarita agrega: “para mí, todo esto ha sido terrible, tu confías en las gestiones que se están haciendo, en que te están protegiendo, pero ellos sabían que los ductos estaban tapados y no hicieron nada”.
El viernes 30, al día siguiente de la intoxicación de Guillermina, llegó por fin una carta que se repartió puerta a puerta. En ella se informa que, como consecuencia de la visita de GASCO y de la SEC, “se reitera a los vecinos que los shaft de ventilación no están habilitados y, por lo tanto, no se pueden utilizar los calefont”. La carta, que advierte de riesgos y posibles accidentes, no tiene timbre ni firma personal. Al final de la carta solo se lee: “Delegación Municipal Villa Canadá”. Es decir, tampoco se trata de una carta oficial.
Presuntas irregularidades y despilfarro de fondos municipales
Por su parte, el concejal Jaime Castillo, presentó una denuncia en la Contraloría General de la República, porque las reparaciones de los techos de la Villa Canadá tuvieron un costo de 121 millones de pesos, cuando el precio real de estas obras, es de 40 millones de pesos aproximadamente. Es decir, el municipio pagó más de tres veces, el precio de mercado.
En la denuncia enviada a Contraloría, el concejal detalla además, una serie de irregularidades en la ejecución de las reparaciones. Algunas de ellas son: (1) no colocación de las ventilaciones en techumbres correspondiente a los shafts para las extracciones de gases de calefonts; (2) existencia de escombros en los shafts, encontrándose muchos obstruidos por escombros que dejaron caer allí operarios de la empresa contratista; (3) colocación de planchas de zinc de 0.35 mm en vez de 0.4 mm como se presupuestó; (4) no colocación de forros de atraque ni sellos entre planchas y chimeneas de los shafts que se conservaron; (5) colocación de fijaciones inadecuadas de las planchas en característica y cantidad, etc.
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